La oración es propiedad del corazón, no de los labios, que Dios no atiende las palabras de quien ruega sino de quien mira su corazón.SAN ISIDORO DE SEVILLA

¡Qué locos los hombres de hoy! Dirigen a Dios plegarias vergonzosas: por eso las hacen en voz baja.LUCIO ANNEO SÉNECA